Cantinflas se fue pero no se fue
Cantinflas tenía un grupo de escritores de cabecera con los que elaboraba el guion en que estuviera trabajando. Pero sobre todo, recuerda su hijo Mario Moreno Ivanova, siempre se hacía acompañar por los actores, compañeros de plató que sabían qué hacer cuando en medio de la filmación surgiera la cantinfleada, el momento en que sin importar los diálogos ensayados el genio de Cantinflas aparecía. Lo que quizá nunca imaginó el actor, del que hoy se celebra el centenario de su nacimiento es que, como esos actores, todo un pueblo aprendería a cantinflear, y que él se convertiría en seña y explicación de uno de los rasgos más celebrados, y cuestionados, de la mexicanidad.
Información obtenida de El País para iPhone.
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